I N T E G R A C I Ó N D E U N A C O C I N A A C T U A L E N U N A A R Q U I T E C T U R A M E D I E V A L
La arquitectura del espacio que resulta tan singular a la vista, genera complicaciones diversas a la hora de proyectar la cocina. Una de las mayores dificultades fue la de buscar la solución para colocar las columnas debido a la limitación de altura en las paredes.
En la zona de las columnas se había planificado colocar la zona de cocción y fregadero por lo que hubo que realizar cierta «magia» que se traduce en trabajar mano a mano con los clientes, para poder hacer que todo encajara en la estructura arquitectónica de las paredes.
«He disfrutado muchísimo con este proyecto. Ha sido uno de esos casos en los que se encuentra la simbiosis perfecta entre el proyectista y el cliente. Ha sido estupendo trabajar con ellos para alcanzar la solución más decorativa y funcional que nos permitía el espacio», nos cuenta Silvia Corbí..
Las premisas iniciales del proyecto fueron: conseguir gran cantidad de almacenaje y hacer que fuera una cocina luminosa. Tenían claro que fuera un diseño sencillo, austero y sin tirador. Una cocina funcional y atemporal, lejos de lujos innecesarios.
La elección de los materiales fue otro de los grandes aciertos en este proyecto optaron por el MODELO NARAI en color blanco, con detalles en KLEEIA K085 y encimera en COMPAC ALASKA. La elección de los electrodomésticos fue también acorde y analizado según los hábitos familiares.
Se optó por una distribución de paralelo con el fin de conseguir una organización funcional y práctica que ofreciera gran capacidad de almacenaje para un uso familiar. Un espacio de naturaleza rústica con historia transformado en un hábitat de una familia actual. Lo tradicional convive en perfecta armonía con lo contemporáneo
La realidad del espacio arquitectónico determina el espacio destinado a la cocina. El objetivo era respetar al máximo la percepción de los espacios abiertos, la naturaleza de la arquitectura de estilo medieval.
El proyecto de arquitectura realizado por NORD EST ha conseguido crear un espacio que fusiona dos tiempos. Así mismo, la opción de la cocina en blanco muestra la intención de crear un espacio atemporal, sobrio y elegante.
La distribución de la planta inicial es muy estrecha y muy alargada. Esto suponía un riesgo a la hora de proyectar la cocina para que no terminara resultando una cocina TUBO. Había que buscar que la luz fluyera por todas las zonas de la cocina.
Una de las funcionalidades en el corazón de la cocina era la de para de desayunos que se ha colocado en la zona de la ventana para poder disfrutar al máximo de la luz y de las vistas mientras se degusta un rico almuerzo.
Distribuir el mobiliario en dos frentes paralelos es la opción que optimiza más y mejor una cocina pequeña y alargada. En este tipo de distribuciones, es importante dejar al menos un mínimo de 120 cm entre las dos filas para poder abrir las puertas con facilidad y no se golpeen entre sí. Este tipo de cocina te permite aprovechar el espacio al máximo y garantiza que las distancias sean cortas entre unas zonas y otras.
Las cocinas en paralelo permiten ahorrar metros y se adaptan a espacios complicados, como es el caso que nos ocupa. Es incluso válida para crear una cocina en una zona de pasillo. Otro de los grandes aciertos es dejar despejada la zona de la isla para ofrece mayor apertura en la cocina.
La accesibilidad a todos los elementos de la cocina es otra de las ventajas que ofrecen esta distribución de cocinas. Podemos dejar a un lado esas molestas esquinas que encontramos en las distribuciones en U y en L, las cuales suelen desaprovechar posibilidad de almacenamiento, además de obligarnos a realizar enormes esfuerzos, por lo general, para encontrar y alcanzar cualquier utensilio o alimento.
En uno de los laterales, el de la pared, se han destinado todos los elementos importantes para la zona de trabajo: cocción, fregadero y justo tras la zona de cocción, la zona de electrodomésticos altos: horno, micro, frigorífico…
Las cocinas en paralelo tienen una organización peculiar y se deben tener en cuenta tres zonas: la zona de cocción, donde se encuentra la cocina y el horno; la zona de lavado y preparación de los alimentos donde se ubica el área para picar y el fregadero; y, por último, la zona de almacenaje donde guardamos diversos utensilios en diferentes estantes o armarios.
4 V I D E O S > D E S C U B R E M Á S